jueves, 20 de mayo de 2010

La perfecta boludita

La perfecta boludita que esperaba conmigo el colectivo en la cuadra del Hospital Naval, se había atragantado con las seis temporadas de Sex and the City y había confundido Almagro con Nueva York, Parque Centenario con Central Park. La perfecta boludita caminaba con tus taquitos de un lado a otro, tac tac tac tac tac, y yo, que llegaba tarde al trabajo, juntaba ira, odio, contra ella, su perfección, sus taquitos inmaculados y su cabellera rubia platinada salida de una publicidad de shampoo. La vi alejarse, el colectivo no venía, y la vi regresar, un vasito de café caliente en sus manos, mis ganas de decirle "guarda que se te puede caer" mientras la tackleaba, y el colectivo que venía. Alcé la mano, subí, saqué boleto, subió detrás mio la perfecta boludita, hizo malabares con sus taquitos inmaculados y su cafecito caliente, arrancó el colectivo, la perfecta boludita estaba a punto de apoyar su culo en el asiento, cuando ¡zas!, el bondi frenó, la perfecta boludita se vino para delante, y todo el café cayó sobre su camisita blanca. Tuve ganas de decirle "Tomá, boluda", pero solamente sonreí. Tampoco era para que se me notara tanto lo hija de puta.