jueves, 15 de octubre de 2009

Una señora charleta

Pareciera que a medida que uno crece va adquiriendo ciertas costumbres odiosas, que llegan a su pico en la vejez. Una de ellas, la que me pone los pelos de punta, es hablar con cualquiera en la cola del banco. Por eso mismo, y porque pese a todo yo en la vida cotidiana soy una persona ubicada, es que en las colas de los bancos me la paso mirando al piso con tal de esquivar la mirada del geronte que tengo delante. Los gerontes charletas de la cola tienen un método: suspiran una o dos veces, luego empiezan a bufar, estiran el cogote mirando cuánta gente tienen delante, lanzan alguna consideración al aire que siempre incluye un fastidioso "así estamos" y por último empiezan a buscar con la mirada algún cómplice. Es aquí donde hay que tener mucho cuidado. Ni bien sus ojos se cruzan con los tuyos, estás atrapado. Y eso, lamentablemente, fue lo que me ocurrió ayer por la mañana.

Señora charleta: Esto es tremendo.

M: Ajá.

Señora charleta: Porque así estamos. Yo soy una señora mayor, no puedo andar perdiendo el tiempo así.

M: Ajá.

Señora charleta: Se creen que uno tiene el día libre. Si supieran...

M: ¿Si supieran qué?

Señora charleta: Todo lo que una tiene que hacer.

M: Ajá.

Señora charleta: Sos un poquito maleducada. Te estoy hablando y mirás al piso.

M: Perdón. Me decía que tiene mucho que hacer. Cuénteme, por favor. Muero por saber.

Señora charleta: ...

Mientras la señora charleta trataba de hacer un inventario mental de las estupideces que tendría que hacer en el día, una de las cajeras sale de su puesto y desaparece tras una puerta.

Señora charleta: ¿Ves? Ahora se mete ahí y no sale mas. NO SALE MAS.

M: Tal vez fue al baño.

Señora charleta: ¿Pero vos trabajás acá que la defendés?

La cajera vuelve a aparecer, y camina hacia donde la vieja charleta y yo mantenemos esta cordial conversación. Cuando está al lado nuestro, la señora charleta la agarra del brazo.

Señora charleta: Escuchame una cosita querida. Hace diez minutos que estoy haciendo la cola. ¿Por qué no habilitan otra caja?

Cajera: Voy a buscar una carpeta allá y vuelvo a la caja señora. No se preocupe.

Señora charleta: Esto es cualquier cosa. Yo no puedo creer. Este país está lleno de vagos. Nosotros acá, perdiendo el tiempo, y vos yéndote.

Cajera: Ya vuelvo a la caja señora, no se preocupe.

Señora charleta: Claro, primero se fue a tomar un cafecito, ahora a llevar la carpeta, por qué no se va también a pasear al perro.

Cajera: Señora, no sea irrespetuosa. Aparte, ¿de qué cafecito me habla?

Señora charleta: No se haga la tonta. Yo vi que recién salió por ahí.

Cajera: Fui al baño, señora. Tengo derecho de ir al baño.

Señora charleta: Se hubiera aguantado.

Cajera: Tengo cagadera señora. ¿Hubiera preferido que la atendiera con olor a mierda encima?

Y ahí, mientras la señora charleta se retiraba ofendida del establecimiento, yo largué una carcajada feroz, y tuve unas ganas tremendas de abrazar a la cajera.

22 comentarios:

Maite dijo...

Jajajaja que linda la cajera

Inti dijo...

me encantoooooooooo especialmente porque cosas asi son las que he escuchado decir a mi madre cuando viejas inmundas hacen planteos!
jajajajaj me encanto

Mariposa Traicionera dijo...

jajjjaaj que buena la cajera. Y menos mal que la vieja era solo charleta, xq si ademas era turra le hubiera pedido "hablar con su superior" y a la pobre cajera la hubieran cagado a pedos (perdón por la grosería).

Besos!

Anónimo dijo...

Iba a decir que el chiste de la vieja de "ir a pasear el perro" estuvo bastante bien, pero la cajera se ganó mi corazón por siempre mil.

Claudio G. Alvarez Tomasello dijo...

Hagamos una vaquita y leregalamos a fin de mes un "fallo de caja" EXTRA a ese bombón de cajera.

el_iluso_careta dijo...

la gente es extremadamente intolerante con el otro...

Marian dijo...

jajajaja. Antes de leer el diálogo, ya estaba riendo.
Y cómo no la abrazaste!?
Por favor, Sra Charleta...todos tenemos derecho a cagar en esta vida!

Qué indignación.

Feliz viernes, M!

La Criatura dijo...

pst
¿se había limpiado las manos por lo menos?
pst

*Ene Deláa* dijo...

Jajajaja que ídola!! Mientras leí pensaba ¿por qué nadie le pone los puntos a la vieja?
Yo de ser vos primero que hubiese estado con el mp3 o con un libro, estrategia que sirve en colas de banco, salas de espera y colectivos para que las viejas no hablen.
En segundo lugar, señora ud. es una maleducada por andar molestando a la gente que está ocupada mirando el piso.
Y de ser la cajera, señora no me toque porque llamo a seguridad.
Cuando sea vieja seguro voy a ser una de esas, tengo que aprovechar antes de la transformación.

Malhumoretti y Neptuno dijo...

eso es justicia!

Unknown dijo...

Aplausos a la cajera!

Ojalá pudiera ver eso en los locales de mi barrio, porque las viejas hacen lo propio, pero l@s cajer@s no!

Quiero ver más cajer@s justicieros!

Cielo Violeta. dijo...

Mentira que le dijo eso!
Una fenomenaaaaa.

Ruth dijo...

Hablando de costumbres de la vejez en el ítem "escándalos callejeros": ayer, en el 24, una vieja a la que, por un error en la máquina, no se le había impreso el boleto, bloqueó durante 10 cuadras que todos los pasajeros de detrás sacaran su boleto, TAPANDO la ranura entre gritos y quilombo. Me acordé de "la señora que quería que el chofer le diera monedas".

M. dijo...

Las veces que me contuve de largar cometarios como esos...

Una grosa la colega!

Un beso!

Nati Alabel dijo...

Qué paciencia la cajera, podría haberle dado esa respuesta en primera instancia!

Ornela Muti dijo...

Sabés que nunca me pasó! Ya estoy pidiendo yo cruzarme con alguna anciana así. Y me va a escuchar.

Lulú dijo...

juaaaaaaaajajajjajajajaja una grossa!

Anónimo dijo...

Jaj, siempre pasan cosas así con las viejas... igual lo de esta mujer ya es palabra mayor! Pero lo mejor, como decían por ahí, para evitarlas es estar ocupados con otra cosa.
Ahora que ya me agarraron un par de veces (en el banco, en el correo, hasta en la cola del supermercado xD) aunque sea saco el celular y me pongo a hacer que escribo algo. O si no el Mp3, y te hacés el sordo! :)

Y con este tema, siempre tuve una intriga: qué les pasa a las mujeres que siendo tan agradables y simpáticas de jóvenes, de repente llega un día en el que les agarra el viejazo y se vuelven viejas pesadas insoportables como la de tu historia. Es de terror. Si algún día a mi mujer le pasa eso no sé qué haría... capaz que me tiro por el balcón! xD

Igual, los hombres seguro que tenemos lo nuestro. No nos volveremos pesados insoportables charlatanes, pero sí viejos chotos/verdes/decrépitos, etc.!

Qué feo sumar años! :(

Laura dijo...

Las famosas viejas chotas que están al acecho. Yo, por eso, siempre tengo un libro en la cartera: si simulás que estás estudiando, no joden. Y si se ponen a hablar antes que leas, enseguida manoteás el volumen, sin pausa y sin culpa. Besos!

Viejex dijo...

Pablo, no lo dira por mi, no? Mire que tengo una colección de bastones y algunos bastante duros, mocoso insolente! Sera posible que en este blog cada tanto se la agarren con los pobres ancianos? Gerontes!!! a triunfar, a triunfaaaar!!!


ey!

larguen!!!

larguen cretinos!!!


libertaaaadfffppfff!!! no, no!!!! nooooo!!! la camisa de fuerza nooo!!! otra vez noooo!!!!

Andre dijo...

Apaluso medalla y beso para la cajera.
No hago más que batir las palmas de pie.

Anónimo dijo...

Tenes un problema grave gordo pelotudo