Ayer cuando llegué del trabajo abrí las tres ventanas inmensas que tiene mi nuevo hogar, para ventilar un poco, y entré a bañarme. Cuando salí del baño me tropecé con una caja, y supe que era hora de desembalar algunas cosas y poner un poco de orden en la nueva morada.
La tarea de desembalaje es soporífera, y mas para mi, que soy ansiosa hasta el hartazgo: en vez de ir de a una caja, abro tres o cuatro, desparramo todo y cuando tengo todo desperdigado quiero largarme a llorar porque ya estoy aburrida, cansada y abrumada. Para combatir las crisis de desembalaje encontré el remedio perfecto: darle play a la lista de música de la vergüenza (que incluye hitazos de Rita Pavone, Rafaela Carrá, Sergio Denis y Xuxa, entre otros innombrables) y ordenar al son de la música, imaginando públicos inexistentes que piden "¡Otra! ¡Otra!" y baten palmas sin cesar. Entonces le di play a la lista, y empecé a ordenar con una energía inimaginable, y una cantidad de ropa mínima: musculosa y bombacha.
En eso estaba, meta poner y sacar porquerías de las cajas, cuando empezó a sonar un tema que me desconcentró de la tarea. Me puse unos lentes negros, agarré el cepillo de pelo, y comencé el show. Cuatro minutos a puro salto, patita levantada y caras sexys. Cuatro minutos de alentar a mi audiencia imaginaria para que cantara conmigo. Cuatro minutos en los que me sentí, de hecho, la reina de los bajitos. Levanté los brazos. Puse la mano en el oído haciendo como que escuchaba cantar a mi público. Hice palmas. Di vueltitas. Hice un trencito imaginario. Corrí de una punta del departamento a la otra. Armé pasitos para que mis espectadores me imitaran. Meneé la cola. Hasta que terminó el tema. Di una última vuelta, e hice la reverencia correspondiente para agradecer a mis fans por tanta alegría compartida.
Y en el mismo segundo en que me incorporaba tratando de recuperar el aire, escucho: "¡Bailate otro!", y mientras me doy vuelta, pienso en voz alta "que eso no haya sido para mi que eso no haya sido para mi que eso no haya sido para mi". Pero sí, era. Porque me había olvidado un pequeño detalle: mis tres ventanas dan a la calle. Y en la terraza del ph de enfrente, los tres señores que habían disfrutado de mi show, alzaban sus pulgares y sonreían, asi que no me quedó otra que levantar la mano, y bajar la cabeza en señal de agradecimiento. Al fin y al cabo, yo me debo a mi público.
La tarea de desembalaje es soporífera, y mas para mi, que soy ansiosa hasta el hartazgo: en vez de ir de a una caja, abro tres o cuatro, desparramo todo y cuando tengo todo desperdigado quiero largarme a llorar porque ya estoy aburrida, cansada y abrumada. Para combatir las crisis de desembalaje encontré el remedio perfecto: darle play a la lista de música de la vergüenza (que incluye hitazos de Rita Pavone, Rafaela Carrá, Sergio Denis y Xuxa, entre otros innombrables) y ordenar al son de la música, imaginando públicos inexistentes que piden "¡Otra! ¡Otra!" y baten palmas sin cesar. Entonces le di play a la lista, y empecé a ordenar con una energía inimaginable, y una cantidad de ropa mínima: musculosa y bombacha.
En eso estaba, meta poner y sacar porquerías de las cajas, cuando empezó a sonar un tema que me desconcentró de la tarea. Me puse unos lentes negros, agarré el cepillo de pelo, y comencé el show. Cuatro minutos a puro salto, patita levantada y caras sexys. Cuatro minutos de alentar a mi audiencia imaginaria para que cantara conmigo. Cuatro minutos en los que me sentí, de hecho, la reina de los bajitos. Levanté los brazos. Puse la mano en el oído haciendo como que escuchaba cantar a mi público. Hice palmas. Di vueltitas. Hice un trencito imaginario. Corrí de una punta del departamento a la otra. Armé pasitos para que mis espectadores me imitaran. Meneé la cola. Hasta que terminó el tema. Di una última vuelta, e hice la reverencia correspondiente para agradecer a mis fans por tanta alegría compartida.
Y en el mismo segundo en que me incorporaba tratando de recuperar el aire, escucho: "¡Bailate otro!", y mientras me doy vuelta, pienso en voz alta "que eso no haya sido para mi que eso no haya sido para mi que eso no haya sido para mi". Pero sí, era. Porque me había olvidado un pequeño detalle: mis tres ventanas dan a la calle. Y en la terraza del ph de enfrente, los tres señores que habían disfrutado de mi show, alzaban sus pulgares y sonreían, asi que no me quedó otra que levantar la mano, y bajar la cabeza en señal de agradecimiento. Al fin y al cabo, yo me debo a mi público.
Y lo que bailé, fue esto. No podía ser de otra manera.
35 comentarios:
¡La gente lo toma a bien!
Y todos pasan un buen rato.
¡No es vergüenza!
Ahora tenés que invitar a los vecinos a comer un asadito.
Lito.
Ídola absoluta, esto de ser una estrella tiene sus ventajas…y el publico agradecido.
Jajajaja! que genia! ¿Y despues te fuiste corriendo a cerrar las cortinas y ponerte algo más de ropa? ¿o seguiste como si nada?
Boludaaaa! y pensabas que golpear a un desconocido por un falso bicho era vergonzoso? jajaja! sos una ídola!
Una canción más y los vecinos te empiezan a arrojar sus "interiores". Seguí así y vas a camino a convertirte en Sandra.
Necesito una vecina como tu.
Aplausos.
Bravísimo! Que no daría por ser uno de tus vecinos!
JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Mientras leía pensaba "pero no había abierto de par en par las cortinas?"
Genial!!!!!
Decime que no sentiste una cierta satisfacción de artista detras de esa horrenda sensación de desnudista sorprendida en su intimidad...
Genial!! Sin escuchar el tema, mientras leía imaginaba que sería esa cancion! :)
ÍDOLA
a mi me llega a pasar eso y me largo a llorar de la vergüenza... o hago lo mismo que vos,,, nose realmente que me pasaria. Seria muy loco.
Me ha pasado de bailar mientras limpio, pero mi casa es cerrada y nadie me ve.
jajajajajaja.
Te juro que no se que decirte. Todo sería tan repetitivo.
Otra! otra! otra!
Besos, demente! ;D
jajajajajajaj! al agente le gustqa que dejemos nuerstro molde y hagamos tonterias no lo crees?
sos una idola!
Jajaj, sinceramente, una ge-nia!
jijajj ... la peña, agradecida ! eso es llegar al barrio con estilo, si señor.
Me tengo que mudar a ese edificio!!! :)
Ojalá haya más funciones! :P
Maravillosa!!!!!!
Eso es actitud!!!!!
Jajajajajajaja
No te puedo creer que seas amiga de ConX.
Sos una mina piola, divertida e inteligente, ¿cómo podés ser amiga de esa mancha de tuco que se cree Carolina de Mónaco?.
Aclaro: en las horas muertas de la office, con las chicas un par de veces leímos en voz alta su blog y nos descostillamos.
Papelonera! Estás en una seguidilla...
jajaja genial! saludos :)
Olé....olé,olé,olé...
Rame, Rame...!!!
Felicitaciones !
Sos de risa total.
Imagino que parael próximo fina del show se viene un:
-"Gracias Totales ".
si hubo registro visual del evento quisisera una copia!!!!
geniaaaaaaaaaaaaaa
Jajajajajaaaaa sí se hace!!!
JAJAJAJAJA muy grosa, bien ahi la actitú
jajaajjaajjaajjaaj SOS UNA DIOSA
jajajajaja buenisima!!!..q buena manera de decir...soy la vecina nueva! si si! la que bailo xuxa!
GREAT!
Hubiera sido peor con "puedes dejarte el sombrero puesto"
jajajajaja... mortal, sos mortal!
Me puse al día, desde septiembre. La cantidad de veces que me reí, incontables.
Nena... que buena, sos.
Beso.
PD: el "nena" a una persona de mi género y edad, se le disculpa.
Y la coma al pedo que puse en la última frase, también se disculpa.
Genial relato y situación. Muy divertido! y además tuviste la oportunidad de saludar al público y agradecer los vítores!
A mí me pasó hace poco, pero no estaba sola, y no estábamos bailando. Un horror!
AAAYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY!!!! Qué horriiiiiible cuando pasa eso!! Las cosas que uno hace cuando está solo y NADIE lo ve... qué feo cuando alguien las ve... qué feo qué feo!!
Me imagino la sorpresa y la verguenza...Pero quien te quita lo bailado!!!!!
Arriba ese ánimo, cuando todo esté acomodado a bailar nuevamente ...Eso sí algo más vestidita para no perder la dignidad!!!!
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