Hace algunos años leí un cuento que no me acuerdo bien cómo era, aunque lo sustancioso de la narración lo tengo bien metido en la cabeza.
Era algo asi como un niño que le decía a un mayor que su deseo era que se terminaran las peleas, las enfermedades, las necesidades, el hambre, las injusticias, las maldades.
El mayor le respondía que no, que eso no era bueno. Que si se acababan todas esas cosas el mundo iba a estar poblado de abogados, médicos y entidades de caridad que no tendrían nada para hacer.
¿Lo qué? Pero de verdad, ¿qué cosa sugeriste?
Recapitulemos. Existe un hombre mayor que le dice a una criatura con buenas intenciones que esas intenciones no son más que pavadas sin sentido. Que sin enfermedades sería absurdo que existieran médicos. Que sin injusticias sería en vano que existieran abogados. Es un hombre que piensa que en el mundo tiene que existir la maldad, para que exista la Guerra, para que se lastime gente, para que los doctores puedan curar.
¿Pero estamos todos locos? Cuando yo era chica mi mamá me enseñó a ponerme un saquito para no tomar frío, para no tener que enfermarme, para no ir al doctor. Me enseñó que no tenía que pegarle (ni morder) a mis amiguitos del jardín porque las cosas se arreglaban hablando.
Este señor mayor que enseña a una criaturita que tienen que existir las enfermedades, el hambre y la injusticia para que exista el empleo es un imbécil que no entendió nada de la vida. Un imbécil que tuvo una infancia infeliz. Un señor que seguramente es abogado, médico o está a favor de Bush.
¿Sabés, señor, todas las cosas que los médicos podrían hacer si no hubiera enfermedades? ¿Todos los otros empleos que existirían? ¿Sabés lo hermoso que sería que nadie tuviera hambre en el mundo? ¿Lo lindo que sería poder salir a la calle sin saquito? Supongo que no lo sabés, y por eso insistís en estar a favor de la maldad, el hambre y las enfermedades.
Y te conviene, señor, te conviene estar a favor de todo eso, porque si un día te encuentro en la calle voy a darte semejante paliza que seguramente vas a necesitar un doctor para curarte y un abogado para defenderte de mi. Porque le quitaste a un infante la posibilidad de creer que puede existir un mundo mejor. Y eso no se hace.
Era algo asi como un niño que le decía a un mayor que su deseo era que se terminaran las peleas, las enfermedades, las necesidades, el hambre, las injusticias, las maldades.
El mayor le respondía que no, que eso no era bueno. Que si se acababan todas esas cosas el mundo iba a estar poblado de abogados, médicos y entidades de caridad que no tendrían nada para hacer.
¿Lo qué? Pero de verdad, ¿qué cosa sugeriste?
Recapitulemos. Existe un hombre mayor que le dice a una criatura con buenas intenciones que esas intenciones no son más que pavadas sin sentido. Que sin enfermedades sería absurdo que existieran médicos. Que sin injusticias sería en vano que existieran abogados. Es un hombre que piensa que en el mundo tiene que existir la maldad, para que exista la Guerra, para que se lastime gente, para que los doctores puedan curar.
¿Pero estamos todos locos? Cuando yo era chica mi mamá me enseñó a ponerme un saquito para no tomar frío, para no tener que enfermarme, para no ir al doctor. Me enseñó que no tenía que pegarle (ni morder) a mis amiguitos del jardín porque las cosas se arreglaban hablando.
Este señor mayor que enseña a una criaturita que tienen que existir las enfermedades, el hambre y la injusticia para que exista el empleo es un imbécil que no entendió nada de la vida. Un imbécil que tuvo una infancia infeliz. Un señor que seguramente es abogado, médico o está a favor de Bush.
¿Sabés, señor, todas las cosas que los médicos podrían hacer si no hubiera enfermedades? ¿Todos los otros empleos que existirían? ¿Sabés lo hermoso que sería que nadie tuviera hambre en el mundo? ¿Lo lindo que sería poder salir a la calle sin saquito? Supongo que no lo sabés, y por eso insistís en estar a favor de la maldad, el hambre y las enfermedades.
Y te conviene, señor, te conviene estar a favor de todo eso, porque si un día te encuentro en la calle voy a darte semejante paliza que seguramente vas a necesitar un doctor para curarte y un abogado para defenderte de mi. Porque le quitaste a un infante la posibilidad de creer que puede existir un mundo mejor. Y eso no se hace.
5 comentarios:
Antes vivias en Ramos?
Por supuesto.
"Porque le quitaste a un infante la posibilidad de creer que puede existir un mundo mejor. Y eso no se hace."
Me encanto el final! Tanta razon...tanta
Gracias por el coment en mi blog!
Abrazo
Buenísimo que te gustó.
Gracias a ti también por pasar.
De nada por mi comentario.
Beso
WOW! Quemen ese libro! JAJA..
Holas... pasate por mi otro blog o te maleduco.
JAJA .. es viernes.. no jodan que tengo sueño...
Saludos.
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