Qué embole.
Empecé a sospecharlo hace algunos años, cuando una adolescente que recién conocía se despidió diciendo: “Nos vemos, linda”.
Y ahora resulta que se volvió costumbre andar por el mundo expresando cariño sin medida. ¿Pero qué es lo que nos ocurre? Hermosa, dulce, linda, preciosa, corazón… todas paparruchadas de gente que derrocha amor sin discriminación. ¿Pero es que no podemos establecer un filtro? ¿Dónde quedaron los tiempos en que el otro debía ganarse nuestro amor?.
Todos mandan besos, lluvias de corazones, saluditos, cariños. No es necesario. Limitemos un poco esta necesidad de expresar cariño las veinticuatro horas del día. No. No nos tenemos que querer. No es obligación. No es mandato divino. Ni siquiera divino amar desmesuradamente. Ni divino ni sano.
Me resisto. Me resisto a demostrar cariño a cualquiera que charle conmigo, que me escriba. Necesito que vuelvan los tiempos de la elegancia. Basta de “besus”, de “amorcis”, de “amiguis”. Basta. Es necesario que alguien tome el toro por las astas. Que alguien enseñe a los jóvenes que enviarle cariño al mundo entero va a terminar por matarnos a todos en una orgía de besus y amorcis sin fin.
Que vuelva la época en que el amor se demostraba con acciones, que los besos se daban con la boca, las caricias con las manos, los abrazos con el cuerpo. Basta de amarnos tanto. Vamos a terminar empalagados.
Empecé a sospecharlo hace algunos años, cuando una adolescente que recién conocía se despidió diciendo: “Nos vemos, linda”.
Y ahora resulta que se volvió costumbre andar por el mundo expresando cariño sin medida. ¿Pero qué es lo que nos ocurre? Hermosa, dulce, linda, preciosa, corazón… todas paparruchadas de gente que derrocha amor sin discriminación. ¿Pero es que no podemos establecer un filtro? ¿Dónde quedaron los tiempos en que el otro debía ganarse nuestro amor?.
Todos mandan besos, lluvias de corazones, saluditos, cariños. No es necesario. Limitemos un poco esta necesidad de expresar cariño las veinticuatro horas del día. No. No nos tenemos que querer. No es obligación. No es mandato divino. Ni siquiera divino amar desmesuradamente. Ni divino ni sano.
Me resisto. Me resisto a demostrar cariño a cualquiera que charle conmigo, que me escriba. Necesito que vuelvan los tiempos de la elegancia. Basta de “besus”, de “amorcis”, de “amiguis”. Basta. Es necesario que alguien tome el toro por las astas. Que alguien enseñe a los jóvenes que enviarle cariño al mundo entero va a terminar por matarnos a todos en una orgía de besus y amorcis sin fin.
Que vuelva la época en que el amor se demostraba con acciones, que los besos se daban con la boca, las caricias con las manos, los abrazos con el cuerpo. Basta de amarnos tanto. Vamos a terminar empalagados.
7 comentarios:
ajaja yo voy por la vida diciendole "lindura" a mis amigos hombres
Yo también suelo ser super "amorosa" (pero no le digamos a nadie)
Es cierto.
Me da un patada en el hñigado cada vez que una amiga me dice "bueno, mi vida, hablemos en otro momento".
La mataría.
Me gustó tu blog!
Nadasepierde: hay como un exceso de carinio. Deben estar todos empastillados con extasis. No hay otra explicacion.
Gracias por el halago
Besos
Buen punto, pero yo creo que el "amor" es un cuento chino y los chinos no cuentan cuentos...
Al menos digamos que descreo del amor boludo que vos expones, al igual que vos.
"...hay como un exceso de carinio. Deben estar todos empastillados con extasis. No hay otra explicacion...."
Sí, la hay.
Es un tema cultural y justamente se puso de moda el amor fugaz y barato. Las drogas ilegales en esto no tienen que ver en absoluto.
Tenes razón. No le echemos la culpa a las drogas. La que está pelotuda por el amor es la gente.
Amor barato. Me encantó. Es como si estuviera en liquidación.
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