jueves, 19 de junio de 2008

No puedo más que indignarme

No hay cosa que me moleste más en la vida que la muerte. Pero no la muerte como uno la concibe a partir de cierta edad (en general cuando se muere un abuelo). Ahí uno comprende que uno nace, vive y luego muere. En el medio suceden millones de cosas, pasan personas, odios y amores, familias sanguíneas -o sanguinarias- y familias políticas.

Sin embargo la muerte que me indigna, me hace mal y nunca terminaré de entender es la muerte sorpresiva. Hace ya mucho tiempo que los noticieros y diarios insisten en contarnos cuántos accidentes de tránsito hay por día. Cuánta gente muere, cuántos autos chocan, cuántos micros vuelcan. Pero a mi no deja de sorprenderme la manera en que una vida puede esfumarse. Desaparecer. Irse. Poco me importan las notcias. Me importa la persona, que no va a estar más.

No está más, ni va a estar. Sólo quedan algunos recuerdos con los que uno peleea para que nunca desaparezcan. La muerte sorpresiva es injusta. Se lleva sueños e ilusiones. Planes. Voces. Aspiraciones. Se lleva no solo una persona, sino todo lo que rodeaba a esa persona. Queda la indumentaria que usaba la persona, los libros que leía o las películas que adoraba ver un domingo por la tarde. Quedan algunas fotos, tal vez un video. Quedan esas cosas que alimentan los recuerdos, que los mantienen vivos. Pero la persona, la persona no está más.

Esa muerte sorpresiva es tan injusta, tan innecesaria, que aunque haga esfuerzos mayúsculos, yo sigo sin entenderla. No la entiendo, ni la respeto. La odio. Me parece lo mas absurdo del mundo. No me satisface que me digan que el muerto ahora está mejor. ¿Qué sabe usted, que está aquí vivito y culeando, si el muerto está major? Ese es un consuelo estúpido.


Hace casi cuatro años que yo no tengo más a una de mis hermanas. Murió en un accidente el 20 de junio de 2004. Nació un feriado, murió un feriado. No conoció a su sobrino, no conoció a mi concubino, nunca pude contarle que terminé la carrera. No puedo tirarme huevos en la cabeza. No puede contarme qué hizo ayer, no puede ver conmigo Flashdance o Dirty Dancing. No podemos jugar a ser bailarinas, no podemos ir de compras, no podemos hablar mal de mi mamá. Las noches que tengo miedo no puedo agarrarla de la mano, tampoco puedo abrazarla como cuando se peleaba con el novio y lloraba como una nena. No puedo decirle que la extraño, no puedo reírme de las tonterías que hacía. No puedo porque no está mas conmigo.

Casi como consuelo de tonta, me repito que seguramente está mirándome y cuidándome desde algún lugar. Pero la verdad es que no lo sé. Y planeo no saberlo por mucho tiempo. Lo cierto es que la persona que más me importa en el mundo no puede venir a buscarme para ir a pasear. Y todo es culpa de la muerte sorpresiva. Una muerte que odio con todo mi ser. Una muerte que no merece respeto, tal vez ni siquiera merezca estas palabras, y sin embargo es tan poderosa que aquí me tiene, pensando en ella y odiándola hasta el hartazgo. Indignándome por la impotencia de no poder hacer nada para combatirla, para frenarla.

Combatiendo el horrible recuerdo de saber que la última vez que te vi, me despedí de vos enojada. Perdón.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin mucho para agregar, pero leyendo atentamente.

Silencio.

Ada.. dijo...

me gustaría poder decir algo que te aliviara el dolor cada día, y tanto más cada día como hoy...
un abrazo.

wallychoo dijo...

ayer lo lei, pero hoy vine a dejarte este abrazo

Abrazo !!!!

Gauchita Pero No Gil dijo...

También dejo auí un gran abrazo

johi dijo...

en estos momentos, solo se te puede dar un "abrazo" y escucharte hasta q t hartes de tocar el tema o de descargarte.
todo va a ser un consuelo de tonto y no pude evitar q se me hiciera un nudo en la garganta, pero soy de las q sostienen que si hay un lugar mejor y q si podes seguir hablandole, q si sigue compartiendo, de una manera distinta, todos tus momentos, porq sigue estando en vos...

abrazo!!! =)

El Chancho dijo...

adhiero a los comments de todos, fuerza!

Mariscal dijo...

Sin palabras.

La muerte de alguien joven y como la detallás es una mierda!

maru dijo...

No tengo mucho para decir. Gracias a todos por los abrazos y respetos.

Mariscal, con respecto a lo que dijiste en el post sobre el energumento de Neustadt: Andate a la concha de tu hermana.

El gato vagabundo dijo...

Bueno. La muerte en si jamas la entendemos. Es iracional, y no podemos mas que mirar asombrados como sucede. Por mucho duelo que hagamos, siempre va a estar ahi.

Tu hermana está, aunque te parezca tonto. Está, como mi viejo, como mis abuelos, como mis amigos. Porque dejaron algo dentro nuestro. Y ese algo aparece cuando mas lo necesitamos.

Igual, estoy de acuerdo con vos en todo. No puedo aceptar la muerte sorpresiva. No hay explicacion que valga. Te dejo el abrazo que se da cuando el pecho duele. El abrazo del corazon, el que dice "estoy con vos".

maru dijo...

Gato, gracias por pasarte

Y con respecto al tarado del colectivo... a ese ni con escuela y educacion a latigazos se lo arregla! Es un tarado y siempre va a serlo!

GUIA POCKETBLOG dijo...

comparto.

Felobla dijo...

Perdoname, pero vos sos la misma que posteaste que te produjo risa la muerte de Neustadt?

Tal vez, los amigos de ese tipo se deben estar riendo por la muerte de tu hermana.

Tampoco sé si se irán al infierno.

maru dijo...

Felobla: te perdono, pero que sea la última vez.

Existe una sutil diferencia entre "reirse" y "sonreirse un poco". Tal vez no la conozcas, pero la segunda, en muchos casos, significa reflexión o ironía, no gracia.

No creo que los amigos de Neustadt se estén riendo de lo de mi hermana, porque seguramente no la conocían.

Anónimo dijo...

Estas cosas no deberían pasar. No se entienden.
A mis hijos, cuando eran chicos, un día les prohibí dos cosas:
una, ir a la cama sin bañarse y la otra, morirse antes que yo.
No se lo olvidan nunca.

maru dijo...

No deberian pasar, pero pasan. Es una mierda.

Mas le vale a tus hijos que jamas se olviden de esa prohibicion.

Saludos!

Luciano Saracino dijo...

No te conozco.
Pero desde que leí este post sé que sos una tipa valiente.